Nueva Cultura Digital en la Educación. No hay opción, la sociedad se encuentra sumergida en un proceso de digitalización que crece de forma exponencial instaurándose en todos sus ámbitos, entre ellos el de la educación.
Modelos Tecnopedagógicos y la Innovación Tecnoeducativa. Los avances en materia tecnológica de los últimos años han impregnado las instituciones educativas. Los esfuerzos por innovar mediante modelos basados en el uso de la tecnología centrando la atención en los aspectos pedagógicos han sido numerosos.
Calidad Educativa. Implementación y Evaluación de las TIC. Los nuevos modelos tecnopedagógicos de aprendizaje requieren de una revolución en los modos de evaluar, más centrado en las habilidades necesarias para la inserción en la sociedad del S.XXI.
Accesibilidad, TIC y Educación. Es importante asegurar la incorporación e inserción de las personas con algún tipo de necesidad educativa especial en los planteamientos educativos con tecnología, resulta de vital importancia para una adecuada atención a la diversidad.
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jueves, 10 de enero de 2013

- PROFESIONALES DE AULAS VIRTUALES Y LA EDUCACIÓN A DISTANCIA.

No son solo profesores y pedagogos los que intervienen en el diseño de estas acciones formativas, también informáticos, diseñadores…
Los profesores son personas expertas en el contenido del curso en cuestión, además, deben saber usar los diferentes recursos educativos para facilitar el aprendizaje de los alumnos, fomentar la participación de estos, motivarlos, evaluar su aprendizaje y transmitir feedback (mediante las herramientas que nos proporciona internet).
En cuanto a los alumnos, el papel activo de estos suele consistir en escoger la carga lectiva  y en profundizar más o menos en los distintos contenidos usando para ello las referencias que se le aportan para los diferentes módulos del curso.
La interacción entre los alumnos se suele dar en espacios de debate y foros.
Esta es la práctica habitual en la mayoría de las acciones formativas a distancia.
Yo pienso que se podría ir más allá incluyendo también a los propios alumnos en el diseño formativo del curso.
Hace tiempo colaboré con una profesora de primaria que tenía una forma muy especial de dar las clases, eran los mismos niños los que fabricaban los contenidos, no usaban libros de texto sino que  buscaban en internet, bibliotecas, etc.. los materiales que les interesaban (con el apoyo de la profesora, claro), cuando no sabían solucionar algo, no lo encontraban o no lo entendían, escribían cartas a distintos profesionales invitándoles a dar una clase, les pedian visitar tal o cual sitio.., tuve la suerte de que me invitaran y me encantó, estaban muy motivados y allí sí que vi como los alumnos “construían su propio aprendizaje”. Y estoy hablando de unos niños de 6 años que estaban aprendiendo a leer.
Es por esto que pienso que es muy importante buscar formas de implicar a los mismos alumnos en todo este proceso, no solo como “receptores” de lo que los profesionales han diseñado sino también en el mismo proceso de diseño.
También hay que contar con los diseñadores, como su nombre indica, diseñan la página web y se encargan de que se adapte a los objetivos y metodología del curso definidos por los profesores expertos en la materia y, en su caso, por pedagogos u orientadores educativos…
Todas estas personas trabajan en grupo planificando el programa formativo y se complementan unas a otras.
Esto sería lo ideal, el problema es, muchas veces, la falta de coordinación y cuestiones económicas.
En las academias está empezando a ocurrir que los cursos tienen una parte presencial y otra a “distancia”, es decir, cuando termina la parte presencial, les dan a los alumnos un libro con un CD interactivo, el problema es que los alumnos comentan que les resulta complicado seguir la parte a distancia.
Además, estos libros y CD suelen estar anticuados y no los han hecho para ese curso en concreto sino que son muy generales (por razones económicas), son muy parecidos a los libros con CD que se pueden encontrar en cualquier librería, si no son los mismos.
Claro que hay unos estándares de calidad e inspecciones, pero, evidentemente, no somos un equipo: la academia o una editorial encarga a unos profesionales el diseño pedagógico, gráfico y tecnológico del libro y el CD (me imagino que estos sí estarán coordinados) y, luego, la academia contrata a los profesores para la parte presencial y a distancia, suelen ser personas diferentes que no se conocen ni están en contacto.
Creo que la calidad de los cursos aumentaría si los profesores pudieran implicarse más en este proceso de diseño y, a su vez, implicar a los propios alumnos.

Autora del texto: A. Castaño.